LA EXPLORACIÓN COMO PARTE DE UNA ESTIMULACIÓN MUSICAL TEMPRANA

Andrea Isabel Grajales Yepez

Como parte del desarrollo cognoscitivo estudiado por Piaget, a partir del segundo mes de vida, el lactante comienza a transformar sus esquemas mentales a través de una reacción circular que “representa un papel esencial en el desarrollo sensorio-motriz y equivale a una forma más evolucionada de asimilación” (Piaget, 1964). A continuación, se explican estas reacciones circulares y el comienzo de la creación de hábitos resultantes de este proceso.

De igual forma, se expone el cómo continuar con la estimulación musical del bebé reforzando su psicomotricidad con ejercicios sencillos, y recalcando la importancia de la repetición para su asimilación.

La inteligencia antes del lenguaje

Podemos definir las reacciones circulares como “la repetición de una acción sensoriomotriz (por asimilación funcional) que inicialmente es casual, y cuyo efecto (no buscado de antemano) es interesante o placentero para el bebé” (Enesco, 2014). Es una manera de seguir conociendo el universo a través de su cuerpo, con aquello que le genere efectos positivos.

Las reacciones circulares que Piaget menciona y que aparecen progresivamente son: las reacciones circulares primarias, aquellas relacionadas directamente con el cuerpo del bebé como chupar su dedo pulgar repentinamente; las reacciones circulares secundarias, vinculadas con la manipulación de objetos, como cuando al agitar su cuerpo llega a tocar un juguete o móvil que produzca un sonido y el bebé continúa repitiendo la acción; y las reacciones circulares terciarias, asociadas con la exploración de los efectos singulares o nuevos de la manipulación de objetos, como el golpear el juguete en repetidas ocasiones pero haciendo variaciones para descubrir que efectos tiene.

Con la actividad de la repetición consecuente al primer estadio de los reflejos, el bebé empieza a crear sus primeros hábitos

“Sobre estos reflejos se injertan, desde el segundo estadio, ciertos hábitos por condicionamientos variados, hábitos: piense, por ejemplo, en el niño que alrededor del primer mes o en el curso del segundo, se pone a succionar su pulgar, no por azar cuando el pulgar llega a sus labios, sino, por así decirlo, intencionalmente, es decir, llevándolo a su boca entre las comidas o para prolongar la comida” (Piaget, Pláticas sobre la teoría de la inteligencia, 2006, pág. 9)

Esto demuestra que aún sin la aparición de un lenguaje, el bebé tiene una inteligencia práctica, donde a través del descubrimiento, la exploración y experimentación va creando sus hábitos simples. Hablamos de que estos son consecuentes al estadio de los reflejos porque parten de la combinación entre dos acciones: el bebé creo el hábito de succionar un objeto, después de pasar por un proceso donde al principio accidentalmente su pulgar llegó a su boca y donde ahora sabe cómo dirigirlo para repetir la acción y posteriormente “probar” con un chupón que él prensó con su mano.

 
 

Estimulación musical

Los bebés también aprenden y adquieren conductas por imitación, ellos observarán y trataran de replicar lo que hacen los adultos o aquello que llame su atención (incluso sonoramente). Desde casa, con la imitación y estimulación musical podemos reforzar el desarrollo del bebé en cualquier etapa o estadío. Es importante mencionar que, incluso antes de que nazca el bebé, ya existe un acercamiento con la música y sonidos que indirectamente rodean a quien lleva el embarazo, y con el que considero debería ser el principal: el canto.

-Expresiones faciales: Si nos colocamos frente a un bebé, en ocasiones este puede reaccionar positiva o negativamente a algún gesto que hagamos, entonces como ejercicio podemos realizarlos con intención, es decir: mientras cantamos alguna canción corta que pertenezca al repertorio infantil, exagerar las expresiones faciales como de sorpresa, felicidad, enojo… y en algún momento el bebé responderá a lo que está viendo (no como imitación perfecta, ya que como menciona Enesco (2014) “imita sólo conductas que puede ver en sí mismo. Todas las imitaciones de movimientos del rostro (abrir-cerrar la boca, los ojos, sacar la lengua, etc.) están, por tanto, fuera de su alcance)”. Acompañar esto en su ejercicio de reacciones circulares refuerza su desarrollo, por ejemplo, en el momento en el que el bebé está probando con los objetos que lo rodean, sorprenderse, emocionarse y aplaudir con él.

-Exploración de sonoridades: Existen instrumentos de percusión como los tambores, cuyo sonido será acorde con el objeto, fuerza o lugar, donde y con el que se percuta. Así que, acompañando a los bebés y dirigiendo sus manos o piernas al instrumento, explorar las sonoridades; al principio deberá ser guiado por el adulto a cargo y repetirlo en varias ocasiones, para posteriormente dejar que él lo haga solo, que continúe probando las posibilidades del tambor. Es importante también acompañar los ejercicios con música, ya sea para tratar de llevar el pulso o imitar un ritmo que se escucha.

Hay que reconocer que el proceso de exploración y aprendizaje no siempre es inmediato, todo lleva su tiempo y pasos; los ejercicios no se realizan una sola vez, debe ser una práctica constante para contribuir al desarrollo significativamente, incluso actividades como estas que se realizan en casa o la escuela , al practicarla con niños y niñas más grandes, ellos transportan lo aprendido y experimentan en otras áreas fuera de donde se hicieron originalmente: con los sonidos que escuchan en la calle, con los objetos que tienen a su alcance y ellos recién descubren o al visitar lugares nuevos.

Debemos ser pacientes y entender que, así como los bebés necesitan de una práctica repetitiva diaria, durante uno o varios meses, para crear sus hábitos, sus propios aprendizajes; también los niños y adultos, aunque sea en un nivel distinto. La música requiere de constancia y tiempo, si queremos iniciar a los bebés en ella, es a través del juego y nuestro canto (para que después sea el suyo).

bibliografía

Enesco, I. (2014). El desarrollo del bebé: cognición, emoción y afectividad. Madrid, Difusora Larousse – Alianza Editorial. Recuperado de https://elibro.net/es/ereader/bibliotecauv/11458

Piaget, J. (1991). Seis estudios de psicología. Barcelona: Editorial Labor.

Piaget, J. (enero-junio de 2006). Pláticas sobre la teoría de la inteligencia. CPU-e, Revista de Investigación Educativa, 2. Obtenido de http://www.uv.mx/cpue/num2/inves/

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