aPORTES DE LA EDUCACIÓN MUSICAL AL DESARROLLO HUMANO

Andrea Isabel Grajales Yepez

Es muy común escuchar comentarios acerca del estudio de la música y sus beneficios como, por ejemplo: expresión de emociones, fortalecer la motricidad, socialización… entre otros. Pero ¿realmente conocemos qué genera en nosotros o nosotras llevar una formación musical?

A continuación, se abordan de manera general estos aportes, agrupados en los siguientes aspectos: cognición, corporalidad-motricidad, socioafectividad, expresión y creación.

Cognición

“La experiencia musical, sobre todo durante el estudio y la ejecución de una pieza, independientemente del instrumento con que se realice (incluyendo el canto), está conformada por una gran actividad cerebral, ya que se ponen en funcionamiento una serie de procesos no solo en este nivel sino, también, en el físico y el emocional.” (Araya, 2011)

Adentrarse a realizar una actividad musical implica activar el cerebro para tener una concentración, coordinación, atención auditiva, memoria musical, habilidad motriz,
expresividad, una correcta lectura de todos los elementos musicales, entonación, respiración… en fin.

Un aspecto para destacar es la memoria musical, que tiene que ver con la capacidad de retención de piezas o momentos musicales, pero también está relacionado con los sonidos y nuestras experiencias con estos. Es parte de la técnica que se va adquiriendo en la educación y que tiene que ver con la sensorialidad, con el cómo aprendemos y asimilamos los estímulos sonoros. El memorizar una pieza o ejercicio implica que se haya comprendido, el ritmo, compás, tonalidad, dinámicas, melodías, etc.

A veces la memoria musical se utiliza para adquirir otros aprendizajes en distintas áreas, como el reconocimiento del esquema corporal, aprender un nuevo idioma, recordar actividades que necesitamos realizar, para seguir una secuencia de acciones, creación de hábitos, etc.

Corporalidad-motricidad

Cualquier aprendizaje, de alguna manera involucra nuestro cuerpo, en toda actividad por más “simple” que parezca intervienen experiencias sensoriales, y por supuesto la música es una de ellas.

Estudiarla significa tener un reconocimiento total del cuerpo y su correcto uso como instrumento y para el instrumento. Involucra que en cualquier edad se potencialicen las habilidades relacionadas con la coordinación, “el estudio musical implica el desarrollo, según sea el caso, de: propiopercepción, coordinación motora gruesa y fina, coordinación visomotora, capacidad respiratoria, control respiratorio, tono muscular, flexibilidad, etc.” (Vargas, 2010).

Propiocepción

La propiocepción tiene que ver con el cerebro y su capacidad de reconocer y procesar qué pasa con las partes de nuestro cuerpo en cada momento, con las articulaciones, los músculos… (Sastre, 2019). Mientras tocamos un instrumento o cantamos, hacemos uso de este concepto, por ejemplo, con las articulaciones de nuestros dedos al tocar el piano, de alguna manera con el estudio vamos siendo más conscientes de la importancia de la técnica pianística para la interpretación y el cuidado de nuestras manos.

Llevando el mismo concepto a otro instrumento que poseemos como lo es: la voz, uno de los músculos principales que tiene que ver con la producción del sonido es el diafragma que también interviene en la respiración. Realmente muchos llegamos a reconocer esta parte de nuestro cuerpo hasta que estudiamos música, y aunque es comúnmente conocida por su uso en el canto, también es parte de la técnica para los instrumentos de aliento.

Inevitablemente en algún momento de la formación musical nos iremos dando cuenta del valor y necesidad de la coordinación corporal, al mismo tiempo que está va mejorando con la práctica recurrente.

Aportaciones en el desarrollo motriz de las personas adultas

“Las personas mayores deben ser educadas de una forma activa y participativa, que les pregunte acerca de lo vivido y experimentado.” (Villondré, 2013)

En publicaciones anteriores, hemos hablado de los beneficios e implicaciones de la estimulación musical en el desarrollo motriz de las y los bebés, así que es momento de conocer algunos de los beneficios de la práctica musical en adultos.

Comenzando por la motricidad fina, si bien, ésta ya se comenzó a desarrollar desde pequeños o pequeñas, al tocar un instrumento se sigue trabajando. De adultos uno conoce mejor las posibilidades del cuerpo, por lo tanto, el dirigir un dedo en específico a una tecla, cuerda, llave, está relacionado con la asimilación de nuevos movimientos a los esquemas corporales y mentales que ya se tienen. Es continuar potencializando las partes de nuestro cuerpo, con otros objetivos.

De igual forma, se estimula la coordinación visión y movimiento; cuando se estudia con música escrita, es como aprender un nuevo lenguaje, por lo tanto, implica mayor
concentración en lo que se lee y se interpreta. Las personas adultas pueden asimilar la escritura musical y llevarla a la práctica.

Socioafectividad

La educación musical se utiliza como un elemento para el crecimiento integral del ser humano, uno de los aspectos de nuestra vida que se beneficia es el de la socioafectividad: “El concepto de socioafectividad hace referencia a lo social y lo afectivo y está basado en las relaciones de interdependencia de los seres humanos, en las cuales se observan varios niveles: el individual, el grupal, ya sea a nivel familiar, en la organización educativa, o a nivel comunitario.” (Hernández, 2011)

La primera relación afectiva del ser humano y que puede ser resultado de la estimulación musical a través del canto es: madre, padre o tutor-hijo o hija, la cual se puede continuar fortaleciendo con la educación. Además, de aquí parten las otras que se desarrollan cuando comienza el periodo de socialización con otros u otras.

Cuando se inicia una educación musical más formal, en las clases grupales se trabajaba la interacción social, motiva a la expresión verbal, la regulación de conductas, cooperatividad, responsabilidad personal con el grupo (ensambles).

Educación emocional

La inteligencia emocional que ver con el manejo de nuestras emociones y reconocimiento de los sentimientos de los demás, es comprender que somos seres que sienten y que nuestras relaciones afectivas dependen de ello.

En niños, niñas o adultos la formación musical favorece nuestra educación emocional, como el control o manejo de las frustraciones. Es muy importante recalcar que, el tocar un instrumento o cantar, implica ser conscientes de que la única manera de crecer es la práctica y que en ella existirán muchos errores, intentos y confusiones, que deben resolverse con paciencia y perseverancia. El educador o educadora le provee al alumno o alumna un ambiente donde las equivocaciones son una oportunidad para crear soluciones, si un pasaje o ejercicio no sale en el momento, pues se desglosa y buscan maneras de concretarlo, hay infinidad de actividades y posibilidades.

El camino de la resolución de problemas también tiene que ver con las motivaciones, los logros o las metas personales. En la música se planean objetivos inmediatos, a corto y largo plazo, la intención es que siempre al salir de clase el alumno o alumna haya logrado algo, ya sea musical o personal: que exista una mejora en su autoestima, en su relación con los otros u otras durante el trabajo cooperativo, que tenga ideas de cómo continuar aprendiendo, que se comunique verbal o musicalmente, que reconozca lo que está sintiendo y además que asuma una responsabilidad y compromiso con su trabajo.

Expresión y creación

“La música y el habla se pueden comparar si nos referimos a ellas como medios de expresión. Nos referimos entonces a dos tipos de lenguaje: el lenguaje musical y el lenguaje verbal, entendido como habla oralizada, lectura y escritura alfabética. Ambos cuentan con estructuras y reglas particulares.” (Vargas, 2010)

El canal más conocido como expresión es la interpretación musical, pero recordemos que la música es un arte y por lo tanto también subjetiva, la exposición será el resultado de la comprensión que tiene el o la autora con la obra. Durante la ejecución en nuestro instrumento, intervienen más que aspectos emotivos, entra también la motricidad que se ha desarrollado a lo largo de la práctica, nuestra corporalidad, disciplina… es un conjunto de actitudes y aptitudes que se obtienen en el estudio.

La educación musical siempre favorece la creación, el aprendizaje del lenguaje musical se acompaña de la práctica y para una mejor comprensión es necesario motivar la participación y creatividad. Por ejemplo, para la comprensión de ritmos, estos se asocian a palabras que facilitan el entendimiento, para que después durante los ejercicios musicales las y los alumnos puedan proponer sus propios ritmos o melodías.

“Los procesos creativos en la música comprenden una gama de elementos necesarios para su realización; el ejecutar un instrumento, cantar, crear una partitura o interpretar “a oído” una creación propia, requiere de destrezas que demandan un gran sentidocreativo.” (Araya, 2011)

Es muy común que a veces sin tener conocimientos sobre la escritura musical, los niños o adultos crean sus propias canciones, y que, con una buena educación musical, podrían desarrollar su habilidad, es ahí la importancia de comprender el lenguaje para plasmar y potencializar lo que estamos pensando. Igual entender que el hecho de interpretar una obra también es un acto de creación personal o grupal.

La educación musical siempre tendrá algo que aportar a nuestro desarrollo en cualquier momento de nuestra vida, por eso es necesario difundir su importancia. No limitarlos o cerrarnos a que el único objetivo que tiene el estudio de la música es crear músicos, la práctica musical va más allá de solo tocar un instrumento, implica crecer en los aspectos que mencionamos anteriormente y que por lo tanto benefician más de lo que pensábamos.

Bibliografía

Araya, M. I. (2011). El lenguaje musical y los procesos cognitivos: reflexiones en torno a la enseñanza del piano. Escena Revista de Artes, 49-60. Obtenido de https://www.redalyc.org/pdf/5611/561158770003.pdf

Hernández, M. C. (2011). La socioafectividad en la educación desde la complejidad. Educ. Humanismo, 129-146. Obtenido de http://revistas.unisimon.edu.co/index.php/educacion/article/view/2267/2159

Sastre, S. (25 de 01 de 2019). Barnaclínic+. Obtenido de https://www.barnaclinic.com/blog/traumatologia-deportiva/2019/01/25/propiocepcion/

Vargas, K. M. (2010). La educación musical y su impacto en el desarrollo. Revista de Educación y Desarrollo, 53-60. Obtenido de https://www.cucs.udg.mx/revistas/edu_desarrollo/anteriores/12/012_Reynoso.pdf