INICIACIÓN A LA PRÁCTICA MUSICAL EN LA INFANCIA

Andrea Isabel Grajales Yepez

Continuamos con la integración de una educación musical en el crecimiento de las y los infantes, en esta ocasión lo centramos en la iniciación instrumental en la etapa de las operaciones concretas que comienza a la edad de los 7 años, “el promedio de edad situado en los siete años, que coincide con el principio de la escolaridad propiamente dicha del niño, señala un giro decisivo en el desarrollo mental.” (Piaget, 1991)

La transformación del pensamiento

“El niño de siete años empieza a liberarse de su egocentrismo social e intelectual y es capaz, por tanto, de nuevas coordinaciones que van a tener la mayor importancia tanto para la inteligencia como para la afectividad.”  (Piaget, 1991) Al separarse de un pensamiento egocentrista, el niño o niña da comienzo a una construcción de un pensamiento lógico basado en otros puntos de vista, en otras conclusiones que provienen de las y los demás. Lo mismo ocurre con la asignación de causas egocentristas a los objetos o fenómenos naturales, como lo mencionado en publicaciones anteriores relacionado con el animismo infantil – la luna que me sigue-, ahora estas causas no se enlazan directamente con él o ella, si no que comienza a pensar en un posible surgimiento o aparición por causas naturales o por una construcción. Ahora su pensamiento y actividad involucra un principio de reflexión, es decir que sus comportamientos impulsivos se reducen y “piensa antes de actuar”.

Es útil conocer este aspecto del pensamiento de las y los infantes al iniciar en el instrumento porque es ahora donde pueden ir comprendiendo cómo se acciona el sonido ante estímulos o intenciones, como, por ejemplo, un mayor impulso de mis dedos hará que la tecla del piano produzca un sonido más fuerte; la niña o niño será capaz de explicar con sus palabras cómo hacerlo otra vez o en un caso contrario, un sonido más suave. De igual forma, si se le pregunta “¿de qué está hecho este instrumento?”, ellas y ellos se concentrarán en las texturas que conocen, en comentarios que alguna vez alguien hizo sobre el material, o experiencias que reactiven recuerdos, y es de acuerdo con esto que construirá una respuesta como “de madera y tiene cuerdas… ahí se ve”.

Maduración motriz

Al transformarse su construcción del pensamiento, también su cuerpo, su motricidad y relación con las y los demás cambia. Sus habilidades motrices van mejorando, como el saltar en mayor intensidad y repetidas veces, su ubicación espacial, el lanzamiento de objetos y el atraparlos cuando cae, el equilibrio y la escritura, por mencionar algunas.

Recordemos que la formación musical a través del movimiento a edades tempranas (como previa actividad para tocar un instrumento), contribuye en la maduración de sus habilidades en este caso motrices, el trabajo colectivo y autónomo que será necesario al dirigir su atención al instrumento y el aprendizaje de este.

Debido a esta formación previa y transformación en su crecimiento, es que se puede dar la iniciación en un instrumento musical que sea adecuado a la forma de sus manos y la capacidad que tenga su cuerpo hasta ese momento, los instrumentos más comunes para la iniciación son el piano, guitarra, batería, violín… pero existen más que pueden interesarle a las y los niños, también es muy importante tomar en cuenta eso, el interés que tengan por el instrumento. Ellas y ellos pueden construir respuestas de acuerdo con sus gustos, y por lo tanto también decidir en qué instrumento iniciar.

La educación musical para mejorar la socialización

Entre los 6 y 7 años, las y los niños pasan a una nueva etapa de su formación escolar: la educación primaria, y es aquí donde puede haber un choque más grande con los otros y otras por la variedad de pensamientos, culturas e ideas que existen. Con el trabajo musical primeramente grupal, se extiende la tolerancia y comprensión de esta diversidad que hay, como ellas y ellos ya son capaces de ver los otros puntos de vista que existen ahora hay que aprender a escuchar, validar y respetar… siempre y cuando estas no hagan menos a terceros.

Aunque las y los niños estén trabajando de manera individual en un instrumento, también deben saber que pueden ser parte de un colectivo donde cada sonido es importante. Por eso, mientras se realizan los ejercicios o piezas en clase, el docente debe reproducir o interpretar un acompañamiento, para que el y la estudiante comience a experimentar formar parte de un grupo, ensamble u orquesta, donde el trabajo de todas y todos forma uno solo.

Otro tipo de juegos: el juego de reglas

Es común ver a las y los niños en edades anteriores trabajar en grupo, pero ¿realmente están colaborando o solo están todos activos en sus realidades al mismo tiempo en un mismo espacio? Los juegos colectivos, los juegos de reglas, involucran una participación total de las y los integrantes, que no solo sea una imitación, si no que propongan, observen y escuchen a todas y todos.

Con el juego de reglas se establecen límites o condiciones, los lleva a esperar turnos y tomar en cuenta lo que dicen las y los demás. Contribuye a la atención, la escucha, la reflexión, la memoria y el lenguaje. Si bien, este tipo de juego se trabaja mucho durante las clases de estimulación musical y música y movimiento, donde las y los estudiantes se desplazan por el espacio o hacia un objeto con una indicación en específico, donde comparten y cantan… la práctica musical también puede ser un juego de reglas entre el instrumento y yo, donde mi cuerpo tiene que estar en una posición para tocar, donde mis dedos deben moverse o levantarse para lograr el sonido que necesito y sobre todo entender que el estudio también forma parte de mi crecimiento, es una actividad que involucra disciplina, constancia y paciencia.

Introducción al instrumento musical desde la exploración

En edades tempranas, el acercamiento al instrumento que elijan siempre debe ser a través de la exploración, es decir, dejar que conozcan  el instrumento, que escuchen sus posibilidades sonoras, que establezcan vínculos de alguna manera afectivos por lo que pueden lograr: como tocar la música que les gusta o escuchar a la o el docente tocar… algunas niñas y niños se interesan en un instrumento porque han visto cómo alguien más lo hace sonar, y es importante que conforme su pensamiento madura y ellos y ellas crecen, evitar las inseguridades y competencias negativas que puedan existir pensando que “él es mejor que yo” o “yo soy mejor que tú”, cada persona es distinta y por lo tanto su ejecución en el instrumento también.

Aunque dos niñas tuvieran la misma edad y tocaran el mismo ejercicio, no podemos afirmar quién vale más o es mejor en el instrumento solo por lo que se observa, su desarrollo puede variar por el contexto familiar, cultural y el proceso de aprendizaje puede ser distinto. Hay que enfocarnos en lo que podemos hacer y cómo mejorar, no mirar a las o los demás solo para intimidar.

Bibliografía

Díaz, M. D. (2007). La importancia del juego en el desarrollo psicológico infantil. Psicología educativa, 133-149.

Fasquelle, R. P., Angulo, R. M., & Figueroa, M. Á. (s.f.). El desarrollo y el aprendizaje infantil, y su observación: compendio de lecturas de información básica para educadoras. México: Puentes para crecer. Obtenido de http://www.psicologia.unam.mx/documentos/pdf/publicaciones/Desarrollo_y_aprendizaje_infantil_y_su_observacion_Pastor_Nashiki_y_Perez.pdf

Gainza, V. H. (2013). La iniciación musical del niño. Melos.

Meece, J. L. (2001). Desarrollo del niño y del adolescente: compendio para educadores. México: Mc Graw Hill.

Piaget, J. (1991). Seis estudios de psicología. Barcelona: Editorial Labor.